esta tarde, cuando no había nadie en casa. He cogido unas pocas galletas con almendras, cinco a ser exactos, pues mi estómago pedía un algún bocado que aliviase la ausencia de alimentos que había durado toda una intensa jornada escolar.
Una vez acomodado entre los cojines del sofá, me he puesto a reflexionar sobre algo que escribir, o mejor dicho, algo que pensar en un papel. Pensé que lo mejor, sería tratar la profunda reflexión sobre la forma, en la que uno muerde una galleta, con una gran pregunta central: ¿Qué es lo bueno de las galletas? ¿Su substancia en si o la técnica del diente que las tritura?
(disculpadme, amores, mi tardanza en escribir)
Come galletas, pero, cuidado con las migas, aveces muerden. Odio las galletas. Niño J.
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