Talvez fueron mis huesitos hambrientos quienes le llamaron


Éramos dos suicidas inmortales, dos almas en pena, de esas que el viento lleva, de aquí para allá, sin dejarlas bajar.
Nos conocimos allá por el 82, en una reunión para gente con “problemas”, el, un chico malo enfadado con el mundo, yo, otro adolescente, con problemas alimenticios y tendencias suicidas.
Talvez fueron mis huesos hambrientos quienes le llamaron, o su falta de amor fue quien me llamó a mi.
Los mareos que nos provocaban las cocinas desordenadas, The Beatles y la soledad que sentíamos en un mundo donde no éramos como el resto hicieron que nos quisiésemos, de la forma con la que solo puedes querer a alguien.

2 comentarios:

  1. los chicos malos siempre triunfan... parece que no son tan malos como parece

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  2. Realmente. Muy gay, muy Maravilloso. ( Con mayuscula )

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