Pegaba trocitos de amor con su barra de pegamento


hoy Julia llevaba un día de perros, no le habían salido bien las cosas en el trabajo, su amor no volvería hasta la noche y fuera hacía un sol demasiado abrasador, como para que su piel blanquita lo soportase, sin enrojecerse por los hombros y espalda.
Cuando llegó a casa, se apresuró a quitarse camiseta y pantalones, y medio desnuda se apoyó contra el lavabo del baño y comenzó a llorar. Ella misma sabía que era una chica fuerte, pero a veces, cuando se le presiona mucho, estalla en mil pedacitos, de amor, que tiene que ir luego recogiendo por donde pasa, luego los pega vuelve a pegar, no muy fuerte, porque sabe que, se volverán a romper, y no quiere cachitos más pequeñitos.

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