``Es cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Cuando uno termina de arreglarse por la mañana, debe hacer cuidadosamente la limpieza del planeta. Hay que dedicarse regularmente a arrancar los baobabs en cuanto se los distingue entre los rosales, a los que se parecen mucho cuando son muy jóvenes. Es un trabajo muy aburrido, pero muy fácil´´ -El Principito-
La humedad de la bañera le ablandaba el corazón
se tenia que duchar con agua de lluvia, decía que la otra no le valía, que le hacía alergia la cal o que estaba poco húmeda.
Nunca lo llegué a creer, pero, prefería hacerle caso que llevarle la contraria a un chico tan testarudo y exigente. A veces me llenaba la bañera a cubos de lluvia, pero tampoco le podía hacer nada
Cuando estaba triste, también se metía en la bañera, me contó que la humedad le ablandaba el corazón.
El miércoles me lo encontré metidito dentro, cabizbajo y desnudo, le toqué la espalda y empezó a llorar, era uno de los chicos más sensibles que conozco, sin duda alguna.
Le pregunte que pasaba, porque lloraba así, se quedó largo rato en silencio, respirando agitadamente por la manera de llorar, su cuerpo también temblaba.
-Nada, lloro, para vaciar- Me dijo mientras aguantaba las ganas de no volver a ponerse a llorar.
-¿Vaciar?
-Si, tanta humedad me ha dejado el corazón como una magdalena empapada en leche
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